Ayer domingo una empresa de opinión publicó una encuesta que revela lo que todos ya venían percibiendo: el 50 por ciento de la población cree que Castañeda es el candidato que robaría más pero haría más obras de llegar al sillón municipal. Son menos los que piensan que el resto de candidatos también robaría y haría obras. Sin embargo, prácticamente nadie queda limpio.

Es comprensible la indignación que sienten muchos por estos resultados. Pero creo que la crisis moral de un amplio sector de nuestros electores no está al margen de la podredumbre que habita en los principales grupos políticos de nuestro país. Que en algunos es en menor medida que en otros, es verdad y no quiero ser injusto, pero eso se parece al "nosotros matamos menos".

Si esos electores -la mayoría en una situación de precariedad estructural- comprueban a diario que en todas las tiendas hay corruptos, y comprueban además que muy poco se hace por revertir esa situación, qué alternativa tienen sino votar por quien les asegura bienes muy concretos. Mientras que esto no cambie en las alturas, las cosas se pondrán peor entre los electores de a pie. Pero no se crea que todo seguirá eternamente como está. En el mundo y en el Perú en particular pasan cosas inesperadas cuando uno menos lo piensa, aunque lo que surja quizás no sea la más recomendable de las soluciones.

Entonces, antes de pontificar y exigir una conducta moral a esa parte importante de la población, miremos lo que está más cerca y afilemos la crítica a la clase política.

Ya lo he dicho antes: a mis amigos liberales ortodoxos que denuncien el lavado del dinero que hace la gran banca; a mis amigos apristas.,que condenen los narco indultos y el enriquecimiento de algunos de sus miembros; a mis amigos de izquierda. que repudien a los dirigentes vinculados al narcotráfico disfrazados de cocaleros y los turbios manejos en los municipios y Consejos regionales.

Qué eso es fácil decirlo cuando uno está fuera de esos círculos, puede ser. Pero entonces no se quejen, o sea no miren la paja en el ojo ajeno, sobre todo cuando se están refiriendo a esos pobres electores cuyos beneficios serán ínfimos comparados con los que logran los que sí entablan vínculos con uno u otro círculo de poder.

(ARZ 22/9/14)